Sardinas en semiconserva

Hace unos días hurgando en el estante de libros de cocina de mi suegra, di con un recetario de unos talleres de cocina marinera de Vilanova i la Geltrú. Cosas del destino, este libro ha caído en mis manos justo antes de venirme de vacaciones al lado del pueblo pesquero de Isla Cristina y,  ya os lo podéis imaginar, lo he traído conmigo.

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Pues bien, de este recetario, ligeramente adaptada, es la receta de hoy: sardinas en semiconserva. Si os digo la verdad, una de las cosas que más me ha gustado de esta preparación es conseguir cocinar unas sardinas sin inundar toda la casa de su olor. El resultado es una sardina muy melosa con un ligero toque de vinagre.

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Para hacerla os recomiendo que escojáis unes sardinas grandes, de unos 100 g la unidad. La técnica de elaboración es bien sencilla.

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Se pone a hervir agua y vinagre, a partes más o menos iguales. Se aromatiza el conjunto con laurel, ajo, pimienta negra en grano y guindilla (estos dos últimos los he introducido yo). Se da un ligero hervor a las sardinas y se dejan enfriar. A continuación se retiran y se cubren de aceite. Listo. Ya tenéis una semiconserva de sardinas en la nevera para comerlas a vuestro gusto.

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¡Aquí tenéis!


Ingredientes (para 8 sardinas)

  • 8 sardinas grandes (800 g aproximadamente)
  • 1 y ½ vaso de agua
  • 1 vaso de vinagre
  • 1 hoja de laurel
  • 1 cucharadita de pimienta negra en grano
  • 3 guindillas
  • Sal
  • aceite de oliva (el necesario para cubrir las sardinas)

Elaboración

  1. Extraer cabezas y vísceras a las sardinas. Quitar las escamas con la ayuda de un cuchillo. Lavarlas con un poco de agua fría.
  2. En un cazo con capacidad suficiente para las sardinas poner el agua, el vinagre, la pimienta, el laurel, el ajo, las guindillas y una cucharadita de sal. Dejar hervir unos 5 minutos.
  3. Transcurrido el tiempo, bajar el fuego y echar las sardinas que las dejaremos hirviendo unos 2 minutos. Apagar el fuego y las dejar semi tapadas hasta que se templen.
  4. Seguidamente colocarlas en un recipiente de un tamaño que se ajuste lo más posible a la cantidad de sardinas que hayamos cocinado y se cubrirlas con aceite.
  5. Tapar el recipiente y guardar en la nevera.
  6. Si están bien cubiertas de aceite pueden aguantar varios días en nevera.

 

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